El verano ha traído consigo un reseteo casi completo al proyecto del Dépor ABANCA, empezando por el banquillo. Ahí firmó Miguel Llorente (Madrid, 1982), procedente del Barça B. Y, curiosidades de la vida, se estrenará en Abegondo contra su exequipo. Charlamos con el técnico en los días previos a ese partido. Este domingo (12h) arranca la Reto Iberdrola.
Antes de nada, ¿cómo estás? ¿Cómo están siendo estas primeras semanas en A Coruña?
Si te digo maravillosas, no te miento. Pese a que todo fue muy rápido, me he asentado bastante bien. Yo creo que la razón es que la gente de aquí sois muy acogedores, muy cercanos. Y el staff y las jugadoras me lo han hecho muy fácil. Estas primeras semanas van a pedir de boca, estoy encantado.
Decía recientemente Álvaro Cervera, entrenador del Cádiz, que «lo único que convence a los jugadores son los resultados». ¿Cómo ha sido para ti aterrizar en un vestuario nuevo e implantar tu idea desde cero?
Mi idea no es única y exclusivamente mía. Se basa en el juego que todos los jugadores y todas las jugadoras llevan intrínseco. A todo el mundo le gusta tener el balón, relacionarse… No he encontrado mucha oposición, por no decir ninguna, porque están jugando a lo que jugarían en el parque. Entiéndeme, con cierto orden, con unos conceptos que tienen que quedar bastante claros, pero a partir de ahí es asociarse, comunicarse, atreverse, fallar… Hay maneras de jugar mucho más alejadas del juego que la mía. Es muy difícil decirle a una jugadora: ‘No entres a recuperar, espérate’. Ella quiere el balón. Forma parte de la naturaleza del juego.
Siempre se dice que el modelo de juego tiene mucho que ver con lo que somos. ¿Qué trazos de tu personalidad intentas transmitirle a este Dépor?
En los pocos partidos que hemos hecho en pretemporada, se ve una idea absolutamente clara, que es lo que soy y he aprendido. Para bien y para mal. Creo que se puede ver un Dépor atrevido, de pensar poco y actuar mucho. Me gustan los equipos que van a la acción, los que se atreven y, si fallan, no se quedan pensando en el fallo, sino que van a por la siguiente… Es un poco como yo me defino. Yo salgo de Madrid hace 13 años, luego estoy 12 en Barcelona. Me fui a Barcelona sin trabajo y sin conocer a nadie, a la aventura. Y me gustan los equipos que salen a ver qué pasa, pero con unos conocimientos previos y un orden que te permiten esa manera de improvisar. Creo que eso se refleja en el equipo.
En salida de balón, iniciáis siempre en corto, ¿cómo se le quita el miedo a arriesgar a la jugadora?
Creo que en el mundo del fútbol hay muchas creencias que deberíamos desterrar. Salir jugando desde atrás no conlleva ningún riesgo siempre y cuando lo tengas muy practicado y entiendas el porqué y el cómo. Si tú saliendo desde atrás tienes más jugadoras que el rival, no es arriesgado, sino todo lo contrario, es mucho más seguro. Hay más riesgo porque estás más cerca de la portería, pero de eso se trata.
¿Y cómo trasladas esa idea a la semana?
En nuestros entrenamientos, todas las tareas son referentes al juego, no hay tareas que se alejen de él. Por tanto, constantemente, esas interacciones que tienen central, lateral, pivote o extremo, se dan en un rondo, se dan en un juego de posición… Todos los días practicamos el juego, no hay tareas específicas para una situación. La práctica masiva hace que la salida de balón no sea tal. Entonces la salida de balón no existe, son cosas que hacemos todos los días, vamos sobre seguro.
Miguel Llorente: «Creo que se puede ver un Dépor atrevido, de pensar poco y actuar mucho»
En esa salida de balón que tú dices que no existe, en el Dépor tienen un papel muy importante las dos mediocentros. ¿Qué les pides?
Voy a intentar romperte más creencias. (Risas). Son mediocentros porque toda la vida hemos hablado desde el paradigma de las posiciones, pero para mí son 2 jugadoras más. Entonces, si en ese momento las 2 mediocentros, como tú dices, deciden que no son ellas y aparecen una punta y una extremo, está bien también. ¿De qué estamos hablando? De que ese 8 para 6 en mediocampo lo gestionemos con dos jugadoras más. ¿Quiénes son? Habrá veces que sea la punta la que venga a dentro, habrá veces que sea la extremo la que se meta, pero ellas son las protagonistas, ellas van a decidir. Eso sí: intentando siempre ser más alrededor del balón.
Para encontrar esa jugadora libre.
Muchos equipos juegan con una pivote, pero jugar con una pivote hace que te lo juegues todo a una a carta. Ese balón que va dentro en inicio, con marca a la espalda… Hay infinidad de goles por eso. Entonces, ¿por qué opta la portera? Por jugar en largo, y ese juego en largo ya no depende de ti. Ayer Rubén Rossi, un buen amigo mío, me decía: ‘Jugar bien es dejar al azar lo menos posible’. Pues vamos a ser cuantas más mejor, porque será más difícil que la perdamos.
¿Es ese el motivo de jugar con un doble pivote, en 4-2-3-1?
Sí, pero ese 4-2-3-1 hay veces que puede ser un 4-3-2-1 o… Al final ellas se organizan, yo lo que les digo es que siempre tienen que tener dos jugadoras cercanas alrededor de balón. Hoy en el juego de posición que hemos hecho no había direccionalidad, no tenían que ir a ninguna portería. Simplemente se tienen que reorganizar en torno al balón. Si el balón lo tiene la central, a lo mejor las dos cercanas son las pivotes, pero a lo mejor es una pivote y una lateral, y la otra pivote pasa a ser interior. Yo siempre digo que tienen que estar disponibles, que el juego es como la vida. Si hay una compañera que tiene balón, no le puedes dar la espalda, ni estar lejos… Porque entonces no puede contar contigo. El día que una amiga tuya esté enferma, si no te puede llamar por teléfono, ni eres amiga ni eres nada. Esto es lo mismo.
¿Dónde reside el equilibrio entre dejar aflorar el talento individual y conseguir que la futbolista actúe en función de lo que demanda el juego del equipo?
Tenía un maestro, Paco Seiru·lo, y un día le pregunté algo similar respecto al City de Guardiola. En el City da la sensación de que no hay un orden, y él me decía: ‘Tú imaginate que vas a pintar, -porque yo soy pintor y estudié Bellas Artes-, y tienes el lienzo dado la vuelta, el pincel se dobla, la pintura no pinta… Entonces, la creatividad va a aparecer siempre que haya un orden previo’. Si yo llego, el lienzo está blanco, el pincel no se dobla y la pintura pinta, podré conseguir crear cosas, pero sin un orden básico es demasiada incertidumbre. Y esa incertidumbre hace que la jugadora piense más que actúe, y cuando piensas más que actúas, el talento no sale.
Hablamos del juego con balón. Sin él, el Dépor va a presionar alto.
Para mí las transiciones no existen. Es tenerla o no tenerla. Mucha gente dirá: ‘Habrá momentos en los que no la tengas’. Pues esos momentos en que no la tengamos estaremos intentando recuperarla. Pongo la mano en el fuego, a lo mejor en 5 meses tengo que comerme la entrevista, pero no creo que haya ningún equipo que nos someta, porque es prácticamente imposible. Vamos a estar saltando constantemente. Si no recuperas a la primera, quizás a la segunda tampoco, pero a la cuarta o a la quinta vas a recuperar. Así lo he hecho en los últimos años. Creo que nos puede funcionar mucho. Un Dépor sin balón existirá cuando el balón esté en el aire. Aquí será saltar y recuperar lo antes posible, porque queremos tener el balón.
Miguel Llorente: «¿Cosas que dependan de nosotras? Jugar bien, dejar al azar lo menos posible, que se nos reconozca, que la gente que venga a Abegondo se vaya a casa con una sonrisa»
Mirando a la pretemporada, ¿te preocupa que el equipo solo haya hecho 2 goles?
No, porque no es la primera vez que me pasa. Ya he entrenado chicas de una edad similar, que reciben la info de una manera similar… Salvo algo raro, los procesos son muy similares. Y ellas van más rápido de lo que me había encontrado hasta ahora. Nos hemos comido pasos, y esto que tú comentas me ha pasado con otros equipos en mitad de temporada. ¿Por qué pasa? Porque al final insistimos en que jugar en largo está bien, pero muchas veces es un 50-50. Por eso yo propongo ese 80-20, y ellas muchas veces están pensando en eso y les cuesta ver que, de vez en cuando, sí que tiene que ser 50-50. Por eso habéis visto un equipo mucho menos profundo de lo habitual en el fútbol, mucho más horizontal… Porque ahora mismo ellas están asimilándolo.
En esta primera semana de liga, ¿dónde está el foco?
No te lo voy a decir. (Risas). Pero no por el Barça. Te hago la metáfora con la cocina. Yo tengo 10-12 ingredientes cada semana, si vas a hacer un plato metes más dulce, en otro más salado… Pero no suelo pensar en el rival. Sí que hacemos un par de tareas para que ellas lo visualicen. Pero el resto es mezclar esos 10-12 ingredientes. Esta semana sabemos que el Barça es un equipo proactivo, que cuando pierda va a saltar a robar como nosotras, pues ahí el hecho de mirar lejos nos va a dar más que jugar al pie. En los partidos reducidos (del entrenamiento) verás que en lugar de ser más anchos, son más estrechos y más largos. Para que, sin decir nada, ellas tengan que jugar más en largo. Yo prácticamente no les digo nada, pero las variantes de las tareas les hacen jugar de una manera diferente. Esta semana puede ser mirar lejos, otra semana tercer hombre… Cada semana intento que haya algo, pero si cognitivamente estan muy cargadas, 3 semanas son de repaso y mezclo todos los ingredientes. Voy sobre la marcha, no tengo una planificación cerrada.
Incides mucho en la parte socio-afectiva de la jugadora. ¿Cómo has trabajado ese aspecto?
He alucinado. Yo tengo muy buena relación con ellas y, entre que viven juntas, se van juntas a la playa… No hay nada mejor que eso, yo no tengo que hacer nada, son ellas solas las que están haciendo el equipo. El otro día estuvimos en la playa y se ve. Creo que se está cociendo algo muy interesante. Algo que yo, tan pronto, no había vivido nunca. Se mezclan varias cosas: ser de fuera casi todas, diferentes edades, gente muy extrovertida, muy de la broma… Yo con llegar ahí, proponer dos-tres juegos, ellas juegan, se van a su casa y creo que son felices. Por tanto yo ahí intervengo lo mínimo.
La última, ¿el Dépor Abanca debe marcarse el objetivo del ascenso desde el inicio?
Lo he dicho a los cuatro vientos. Es que el ascenso… Otro maestro que tenía en el Europa, Xavi Lucas, me decía: ‘Los objetivos en el resultado son como el barro’. ¿Y el barro qué es? Una mezcla de gasolina, agua, pis de perro, aceite de coche… ¿El ascenso de qué se compone? De que Abegondo se llene, de que las jugadoras no se lesionen, de que el modelo de juego se entienda bien… ¿Cosas que dependan de nosotras? Jugar bien, dejar al azar lo menos posible, que se nos reconozca, que la gente que venga a Abegondo, que espero que el domingo sea toda la que nos dejen, se vaya a casa con una sonrisa… Eso sí que depende de nosotras, y eso pondría la mano en el fuego en que lo vamos a conseguir.
A partir de ahí, yo creo que si juegas bien las victorias acaban llegando. Por tanto, ¿es posible el ascenso? Por supuesto. Pero como objetivo no creo que nos lo podamos poner porque hay muchos factores. Imagínate que las árbitras o los árbitros se equivocan más que aciertan, que puede pasar, son humanos, no depende de nosotras. Y a lo mejor estás a 1 punto de ascender, no te pitan un penalti, ¿y eso quiere decir que el trabajo no sea bueno? No. Como no depende de nosotras, yo no voy a decir nunca que el objetivo es el ascenso. El objetivo es ser lo mejor posible en cada balón, que Abegondo se llene… Todo eso, si depende de nosotros, adelante. Y ese será nuestro ascenso personal. Que encima el año que viene podemos estar en Primera, pues aplaudimos todos y a celebrarlo.