Regresa ‘Un pedacito de historia’ para repasar lo más destacado de la larga trayectoria de Augusto César Lendoiro, que tras 25 años al frente del club ya no es presidente.
«¿Cuántos fichajes hundieron la economía del Deportivo sin sacarles –porque era imposible- rendimiento alguno? ¿No sería más interesante hacer una inversión a largo plazo con un elevado porcentaje de posibilidades de éxito?», reflexionaba Augusto César –así viene firmado el libro- en ‘Deporte, política y fútbol de bolsillo’, que fue publicado en 1978. Es un fragmento de una carta que cinco años antes había mandado al periódico El Ideal Gallego y que viene recopilada en el propio ensayo. El de Corcubión se mostraba entonces muy crítico por lo “poco, poquísimo” que aportaba el R.C. Deportivo al fútbol modesto de A Coruña.
Una década después, el autor de aquel ensayo fue nombrado presidente del club. Augusto Joaquín César Lendoiro (Corcubión, 6 de junio de 1945) tomó posesión del cargo un 17 de junio de 1988 en el local social de la plaza de Pontevedra. Sin embargo, tan solo un día antes había tenido que superar la prueba de exponer con detalle su proyecto en una asamblea abierta que se celebró en el colegio de los Salesianos. Sus primeros compañeros de viaje fueron José Luis Guillín Pérez, Luis Sánchez Doporto, Jesús Rebollo, Francisco Dopico Porto y Manuel Montiel. Comenzó la larga etapa de Lendoiro al frente del Dépor, que duró 25 años y medio.
Un cuarto de siglo da para acumular muchas vivencias. Bajo su mandato se logró el objetivo de resucitar al deportivismo, que venía de vivir una dura travesía por el desierto. También se vivió la mejor época de toda la historia del Deportivo –una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España-. Pero estos éxitos ciertamente han quedado empañados por una deuda de casi 96 millones de euros con la Agencia Tributaria, además de más de 60 millones que la entidad adeuda a diversos acreedores. Se marcha tras haber logrado un convenio que calificó como “el mejor del fútbol español” en cuanto a los créditos ordinarios.
Un hombre singular
Muy cerca de la carretera que une Cambre con Guísamo se encuentra el pequeño núcleo rural de Lendoiro -en el que viven 249 personas según los datos del INE-, que pertenece a la parroquia de Cecebre. En toda Galicia no hay un lugar con el mismo nombre. Le pasa lo mismo al ex presidente deportivista. Fue único para lo bueno y lo malo. Se ganó admiradores y detractores rápidamente, ya que el poder desgasta con el paso del tiempo. “El palco es como la silla eléctrica. Solamente el que está, lo sabe. Las preocupaciones son enormes”, comentó Lendoiro el día de la presentación de Toché y Salomão.
A Coruña no volverá a ser la misma tras la salida de Augusto César Lendoiro del Deportivo. La ciudad pierde al último de los dos protagonistas de aquellas eternas rivalidades que el ex presidente mantenía con Francisco Vázquez Vázquez. Pues fue otras de sus facetas: la política, de la que no salió muy bien parado. Lo intentó hasta en tres ocasiones, pero nunca fue capaz de arrebatarle la alcaldía al que en otros tiempos fuera su amigo.
Todos los ciclos siempre tienen un comienzo y un final. El dirigente en 1988 se hizo cargo de un Deportivo que venía de librarse de milagro del descenso a Segunda División ‘B’ gracias al famoso gol de Vicente Celeiro. Entonces el club tenía 500 millones de pesetas de deuda -unos 3 millones de euros- y rondaba los 5000 socios. En 2014, deja la entidad también en Segunda con 160 millones de euros de déficit y con más de 20000 asiduos a Riazor. Poco después de las 11 de la noche del pasado martes se puso punto y final a esta capítulo de la historia blanquiazul con la elección del sucesor de Lendoiro: Constantino Fernández Pico.