La agónica victoria que el Deportivo ha conseguido el pasado viernes ante el Málaga ha abierto una puerta para la esperanza. A falta de que se dispute el Levante – UD Las Palmas, el equipo dirigido por Clarence Seedorf se coloca a cinco puntos de los puestos de salvación.
Más allá de los datos, el haber sumado las tres unidades puede suponer un impulso anímico muy grande para la plantilla. El conjunto blanquiazul no ha sido capaz durante la temporada de ordenar un ataque organizado de calidad ni construir un bloque defensivo de gran nivel, por lo que el aspecto moral se presenta como una base desde la que competir en los últimos siete encuentros. Y es que el gol de Adrián en el minuto 85 supuso el fin de la peor racha en la historia del Deportivo, quince jornadas sin ganar, exactamente desde que a principios de diciembre los herculinos batiesen al Leganés. El autor de la diana en ese partido también fue el delantero asturiano.
Pero si hablamos de malas rachas cortadas, inmediatamente hay que mencionar a Lucas Pérez. El delantero de Monelos volvió a anotar tras casi completar una vuelta entera del campeonato sin hacerlo. Su última víctima fue, precisamente, el conjunto malacitano. La liberación tras ese gol ha sido tal que el ariete gallego declaró al final del envite que “por fin puedo celebrar y hablar con mi familia, llevaba cuatro meses encerrado en la habitación”.
Los tres tantos de la victoria ante el Málaga fueron conseguidos por los delanteros del Deportivo. A falta de saber si Florin Andone abandona esa constante montaña rusa en la que se ha convertido su temporada, la frescura que puedan aportar Adrián López y Lucas Pérez tras ver portería esta jornada es un clavo al que se pueden agarrar los herculinos para seguir luchando. El de Monelos alcanzó la cifra de cinco goles, mientras que el asturiano se coloca como el máximo anotador de la plantilla con siete dianas, tras conseguir su primer doblete desde el 2011.