El Deportivo vive una situación de inestabilidad desde hace varias temporadas. El palco se ha convertido en un lugar en el que los rostros de los presidentes han variado en los últimos años con una facilidad pasmosa. La dirección deportiva y el banquillo no son ajenos a estos movimientos y también han cambiado de inquilino en numerosas ocasiones, algo que ha afectado también a una plantilla, en la que ya no quedan jugadores firmados en la época de Carmelo del Pozo.
En apenas tres años el equipo ha pasado de militar en Primera División a tener que remar en Segunda B ante muchas adversidades. El club afronta ahora una época nueva y un proyecto diferente en el que se ha prescindido de muchos jugadores. Para hacerse una idea de ello basta con echar un vistazo a la nueva plantilla. En ella ya no queda ningún jugador firmado por Carmelo del Pozo, el director deportivo del conjunto blanquiazul hace dos temporadas. El último en abandonar la disciplina coruñesa fue Salva Ruiz, el único jugador que permanecía de esa época.
La nueva dirección deportiva ha optado por un modelo diferente. Los futbolistas que se han incorporado por el momento han llegado a coste cero. Todos cuentan con una amplia experiencia en Segunda División B y tratarán de devolver al equipo al fútbol profesional.
La remodelación es tan importante que también amenaza con borrar pronto la firma de Richard Barral. Bajo su mando también se llevó a cabo un importante cambio, pero su apuesta para la temporada pasada no funcionó. A expensas de las salidas de jugadores como Borges, Uche, Cartabia y Rolan, solo Miku, Héctor y Granero se mantendrán, mientras que también se estudia la situación de Keko.
Se avecinan nuevos tiempos para un club que necesita salir cuanto antes de la tercera categoría del fútbol español. Y lo buscará con una plantilla nueva, con cambios y en la que cada vez quedan menos vestigios del pasado.