Mientras LaLiga se afana en buscar diferentes formas de comprimir las jornadas que quedan en Primera y Segunda División para terminar la competición cuando se levante el confinamiento, Javier Tebas valora planes de contingencia. El presidente de la patronal ya ha recomendado a todos los clubs que pongan en marcha ERTEs y hay varias entidades que llevan varias semanas negociando con sus jugadores reducciones de salario. Y, como no podía ser de otra forma, estas conversaciones han dejado los primeros roces, algunos con consecuencias drásticas.
El viernes por la mañana saltaba el primer encontronazo serio con la rescisión de contrato de Biel Ribas, portero del Fuenlabrada. Según informó el Diario AS, el club madrileño se comprometía a pagar el 100 por cien del sueldo a sus futbolistas a cambio de que estos se comprometieran ya a jugar más allá del 30 de junio en caso de que la competición tuviera que irse a esas fechas. El guardameta, con contrato hasta 2021, y otro compañero fueron los únicos que no aceptaron, lo que además de dar con la ruptura entre Ribas y el Fuenlabrada hizo que la oferta se retirase y se pasase a la opción de aplicar un ERTE.
Por la tarde el que alzaba la voz era Edgar Méndez, del Alavés. En una entrevista con una televisión mexicana (el atacante jugó en el Cruz Azul), el canario se mostraba crítico con el club vitoriano por un tema de cantidades y, sobre todo, porque entendía que la directiva quería aprovecharse de la situación: «El club nos hizo una oferta que no podemos aceptar de ninguna manera. Nos quieren quitar como el 28% anual. Y, si la Liga continúa, no nos dan derecho a volver a negociar. La mayoría de los clubes, si finalmente se juega, perdonan el porcentaje y a nosotros no nos están dando la opción de renegociar eso. Al final se va a jugar. Nuestro club vive de las televisiones. Se va a jugar tarde, pero se va a jugar. Y creo que el club no va a perder tanto”.
El nuevo dardo de Messi a Bartomeu
El primero poner en marcha la maquinaria había sido el Barcelona. Y también levantando polvareda. Aunque en este caso sí hubo acuerdo, las relaciones entre directiva y jugadores se pusieron todavía más tensas y Messi, en nombre de la plantilla, le mandó un nuevo recado a Bartomeu asegurando que los jugadores mostraron predisposición desde el principio y que no entendían las presiones que la directiva había ejercido por diferentes medios.