El mercado de invierno del Deportivo estuvo protagonizado, en su inicio, por el préstamo participativo de Abanca y el compromiso de capitalización que permitió al club aumentar su tope salarial. La operación abrió un margen de 2 millones de euros que, sin embargo, han servido más de red de seguridad que como cantidad bruta al final del mercado. Así lo explicó Richard Barral: «Hemos gastado menos de la mitad. Lo que nos ha permitido el préstamo es trabajar rápido con ese dinero, porque no tenías que estar pendientes de salidas. Pero luego, con las salidas que hubo hemos recuperado gran parte del dinero. Habría que echar cuentas, pero si dividimos entre los siete que han llegado, lo gastado es poco. Así a ojo no llega ni a la mitad».
Además de en lo económico, el propio Barral también se mostró satisfecho con el balance general del mercado: «Enero no ofrece muchas alternativas. Lógicamente tienen que ser jugadores que vengan de lesión o no estén contando. Dentro de eso creo que hemos podido equilibrar el equipo y estoy bastante contento. Los fichajes están teniendo un impacto importante a nivel deportivo. Como ha dicho el míster, el equipo ahora tiene un poco más de todo. Es evidente que la plantilla no era para estar en el lugar que estaba y todavía tiene recorrido hacia arriba. Hay más alternativas. Faltaban bandas y ahora tiene la posibilidad de especialistas«.
Una de las dudas que dejó el 31 de enero fue la no llegada de fichajes para el centro de la defensa. Algo que no le preocupa: «La salida de Lampropoulos fue consensuada entre la dirección deportiva y el entrenador. Hay jugadores polivalentes, como pueden ser Peru o Álex, que pueden jugar ahí. Entendimos que la posición quedaba cubierta. Estamos jugando con tres, pero el otro día también jugó con línea de cuatro… También lo decidimos bajo la premisa de que si no viene alguien que nos mejora, pues no lo traemos. En el momento en el que falló el tema Insua, lo que ofrecía el mercado no nos llenaba«.
Su relación con el Deportivo a partir de ahora
A pesar de actuar como tal en las últimas semanas, Richard Barral se quitó la etiqueta de director deportivo, al menos de momento. Aseguró que debe definir con Fernando Vidal cómo queda vinculado al club a partir de ahora: «Me llamaron y vine en una situación de urgencia. Todavía tengo que sentarme con ellos y ver qué quieren de mí. Estaré a disposición del Dépor. Ha sido una auténtica maratón. Días vertiginosos, constantes negociaciones… para hacer tantos movimientos de entrada y salida, hay que estar en 20 o 30 operaciones conjuntas para que puedan fructificar. Unas para apretar a otras, otras para apretar a unas… Lo que sí estuvo claro fue el camino a seguir. Los jugadores que no debían continuar se habló con sus agentes desde el primer día».