Una vez definidos los dos grupos, todo parece estar listo para la temporada de estreno de la Primera RFEF. O no. La sensación de improvisación que muchos tienen desde fuera es común en los despachos de muchos clubs participantes como Unionistas. Miguel Ángel Sandoval, presidente del club salmantino, se pasó por RiazorTV para charlar A Balón Parado sobre sus primeras sensaciones con respecto a la Primera RFEF: «Tenemos muy claras las exigencias, pero no lo que nos ofrecen».
El máximo mandatario de Unionistas explicó la situación a la que se enfrentan cuando quedan poco más dos meses de que comience la temporada: «Creo que tenemos muy claras las exigencias, pero no lo que nos van a dar u ofrecer. Desde la primera reunión quedaron claras las exigencias de campo, aforo, luz, césped natural al segundo año… Después en la última reunión se habló de salario mínimo, pero no está cerrado. Habrá esos 50.000 euros de ingresos de la Federación, pero faltarían los ingresos de televisión y ‘naming’… aunque no pinta bien. Creo que les ha pillado el toro«.
Los atajos económicos de la Primera RFEF
Sandoval también habló de las dificultades de los equipos más modestos para planificar el curso a nivel económico, «estamos haciendo los presupuestos y decimos que puede entrar este dinero o no. Entiendo que para algunos el dinero no es problema, pero hay muchos para los que es un problema de subsistencia y no dejar deuda, que es nuestro compromiso. A nosotros nos hace daño que sean 100 o 200 mil«.
Señaló además el presidente de Unionistas, que las trabas desde el gobierno pueden provocar un aumento de los pagos en B: «El año pasado el CSD bajó con carácter retroactivo el importe que daba a los clubs por dar de alta a los jugadores. Nosotros no, que no tenemos mucho dinero, pero eso empuja a pagar en B. Cuando debería ser al revés. Que hubiera un control económico para que los clubs den de alta a los jugadores con toda la nómina. Que reciban un 75 por ciento de lo que pagues a Hacienda, no bajarlo a 50 o 30 por ciento, porque entonces no sale rentable. Nosotros lo seguiremos haciendo legalmente, pero deberíamos ir hacia un fútbol más limpio. No puede ser que un jugador se vaya porque le ofrecen 2.000 euros brutos y luego queden nóminas sin pagar«.