El del pasado domingo en el Cerro del Espino ante el Rayo Majadahonda fue el partido número cien de Saúl García en LaLiga 1|2|3. El lateral cántabro alcanzaba así una cifra más que reseñable, y lo hizo inmerso en el que puede ser considerado como el mejor momento de toda su carrera. Mañana sábado intentará prolongar ese estado de gracia ante el Numancia, equipo en el que estuvo a préstamo durante la segunda mitad de la pasada temporada.
A pesar de contar con tan solo 24 años recién cumplidos, la trayectoria de Saúl es más propia de un trotamundos del fútbol que de un futbolista de su edad. Criado en la cantera del Racing de Santander, dio el salto al primer equipo montañés con 19 años, y aunque esa temporada finalizó con el descenso del cuadro santanderino a Segunda B, el gran rendimiento ofrecido por el de Vioño de Piélagos propició su fichaje por el Deportivo.
Una vez en A Coruña no tardó en comprobar que el suyo no sería, ni mucho menos, un camino fácil. Ante la absoluta falta de oportunidades en el conjunto blanquiazul, el lateral zurdo dio inicio a un carrusel de cesiones que le llevaron a jugar en el Tenerife, Girona, Mallorca y Numancia. Precisamente en las filas de este último fue donde el cántabro se reencontró consigo mismo y terminó por confirmar su valía. Una estancia en tierras sorianas de solo seis meses en la que fue pieza clave en el gran final de temporada de los rojillos, verdugos del Zaragoza de Natxo González en la primera eliminatoria del playoff y que se quedaron a un paso de dar la campanada y lograr el ascenso a la Liga Santander.
Con estos precedentes y el descenso del Deportivo el escenario que se le presentaba a Saúl al inicio de esta temporada parecía el idóneo. Sin embargo, la irrupción de Caballo y el fichaje de Dubarbier lo relegaron a partir como la tercera opción para el lateral izquierdo, una difícil situación que mudó por completo a raíz de sendas lesiones de sus competidores. Su estreno como titular coincidió con la mejor racha de resultados de los blanquiazules, siendo él uno de los más destacados del equipo, y una sublime actuación en el Teresa Herrera, asistencia y gol incluidos, sirvió para que Natxo acabara por rendirse ante el ímpetu y buen hacer del de Vioño de Piélagos.
Así pues, el reencuentro de este sábado con el Numancia le llega a Saúl en un momento de forma inmejorable. Asentado por completo en el once titular, el joven lateral se ha ganado a base de trabajo y notables actuaciones sobre el campo, el cariño de una afición que ya pide la renovación de un futbolista que termina contrato el próximo verano. El cántabro tiene ahora por delante el difícil reto de dar continuidad al excelente nivel de juego exhibido en las últimas semanas, y consolidarse así como un lateral con un gran presente y un inmejorable futuro.