Corría la jornada 23 y el CF Fuenlabrada, un equipo llamado a pelear por regresar a Segunda División, estaba muerto. 7 jornadas sin ganar y un triunfo en los últimos 13 partidos habían mandado al descenso a un equipo que había comenzado de manera irregular pero ni mucho menos pésima. Era necesario dar un vuelco a la situación, después de haber usado el mes de enero para renovar una pequeña parte de la plantilla. Y ese vuelco fue la destitución de Mere Hermoso, el técnico más importante de la historia de la entidad.
Mere había sido el artífice del único ascenso del Fuenla a Segunda. Y entrenó parte de ese curso en el que su equipo fue capaz de rozar el playoff de ascenso a Primera en su debut en la categoría (ya con Sandoval como técnico). Solo el Deportivo, en aquel partido de la vergüenza, se lo negó.
En definitiva, era un despido duro, pero que buscaba generar ese electroshock para tratar de evitar lo que, por inercia, parecía inevitable: el segundo descenso consecutivo.
El CF Fuenlabrada no fue a buscar fuera. Apostó por Alfredo Sánchez, segundo de Mere y en el club desde 2019, para buscar ese cambio de timón. Y 7 partidos después, se puede decir que aquel ‘muerto’ está muy vivo. Porque el Fuenlabrada ha logrado 4 victorias que le han permitido, por lo menos, respirar. El equipo madrileño es decimocuarto, a tan solo 2 puntos de la zona caliente. Pero, al menos, está fuera de ella.
El CF Fuenlabrada, un equipo que produce poco
En términos futbolísticos, si hay que acotar al Fuenlabrada dentro de un estilo de juego preponderante, ese es el juego directo. El bloque azulón, en general, apuesta por asociarse poco (309 pases por encuentro, de los que menos en el Grupo 1) y busca llegar rápido al área rival. En la etapa de Mere ese patrón de juego le convertía en un equipo muy previsible, que producía poco y de formas menos variadas. Y aunque ahora ha mejorado en este sentido, el Fuenla sigue sin ser un conjunto capaz de ganar por avasallamiento.

De hecho, el conjunto madrileño es el menos goleador de la categoría (0,83 goles por partido). Y aunque le está faltando pegada, sus números en cuanto a volumen y claridad de ocasiones demuestran por qué: es uno de los que menos peligro genera, con tan solo 0,93 goles esperados (xG) por partido.
A pesar de esta baja producción ofensiva, tiene peligro cuando logra percutir por las bandas. Sobre todo por una izquierda en la que a los ofensivos laterales Álvaro Barbosa y Diego Aguirre -el exdeportivista es suplente casi siempre- ha sumado al extremo Santi Jara. El ex del Sporting, el Albacete, el Cartagena o el Real Murcia ha llegado procedente del equipo pimentonero para dar un salto de nivel a un plantel que, en la primera vuelta, demostró tener poca variedad de recursos. Y poco a poco, va sumando en importancia.
Si el izquierdo es el carril vertical del CF Fuenlabrada, en el derecho la amenaza es similar, pero de otro estilo. Porque más allá del también ofensivo Sergio Cubero en el lateral, ahí se ha asentado Fer Ruiz. El que fuera capitán del Sanse es un futbolista súper polivalente, capaz de jugar tanto de lateral como de segundo punta. Y más allá de su calidad con el balón al pie, es muy bueno en el juego aéreo. Es decir, no solo suma duelos ganadores fuera del área, sino también llegada para atacar el segundo palo y ejercer de amenaza rematadora.
El gol es cosa de Diego
Aunque si hablamos de amenaza, en el CF Fuenlabrada esa palabra tiene un sinónimo directo: Diego García. El punta sub-23, llegado a préstamo del Leganés B, está siendo uno de los pocos jugadores que están rindiendo por encima de lo esperado. No es solo que el madrileño sume 12 goles, prácticamente la mitad de los del equipo. Es que lo hace siendo un futbolista capaz de dañar tanto en el remate dentro del área, como al espacio.
Junto al indiscutible Diego García actúa como segundo punta Ibán Salvador. Entre las sanciones y la llamada con su selección, el guineano ha tenido poco protagonismo en los últimos partidos y ha permitido entrar a Enzo Zidane, mucho menos agresivo y con más talento para el fútbol control. Pero si está disponible, es un hombre de confianza para Alfredo. Móvil, rápido, con regate y con remate, Salvador un futbolista tan talentoso como volcánico. Precisamente ese carácter ha sido el que le ha ido alejando de la élite. Pero en un día bueno, es un jugador capaz de desequilibrar.
Por detrás de los dos puntas, ejerce como líder futbolístico y espiritual Cristóbal Márquez. El mediocentro, a punto de cumplir 39 años, marca el ritmo del equipo. Aporta criterio en el juego asociativo y golpeo a balón parado. En el habitual 4-4-2 de Sánchez, su acompañante en el eje de la medular suele fluctuar entre Ramón Bueno, Álvaro García o Stephen Buer. Todos ellos llegados en el mercado de invierno y de perfil defensivo, los dos primeros han actuado también como centrales. Esa, el centro de la defensa, es la otra zona más abierta. Porque Aleix Coch y Sotillos cumplieron el pasado fin de semana y son la pareja más habitual, pero por ahí han desfilando varios nombres.
Cierra el ‘once tipo’ el meta Aleix Craninx, que le ha ganado la partida a un Pol Freixanet que ha estado mal este curso. El meta criado en la cantera del Real Madrid fue otro de los fichajes de invierno en un club que dio salida a varios veteranos como el portero Dani Hernández, Bolaños, Juanma Marrero o Diamé -expulsado en el partido de ida-.
De este modo, el CF Fuenlabrada llega a Riazor como un equipo con pocos recursos ofensivos y dudas defensivas -sus números desde el ‘ascenso’ de Alfredo Sánchez están empañados por su derrota contra el Alcorcón-. Pero su mejoría es evidente y su peligro al contragolpe, en el juego directo o el balón parado, también.