Me gusta la gente que en caliente dice lo que siente porque, por contra a lo que se suele creer, significa que ama. Aunque luego, tras reflexionar, le toque dar un paso atrás y matizar o, si corresponde, pedir disculpas.
A Juanfran lo expulsaron en Cornellá y su primer impulso fue colgar una imagen con una entrada muy similar a la que él le costó la segunda amarilla, pero con un defensa del Espanyol -también apercibido- y Emre como protagonistas y en el área contraria. «¿Diferencia con mi jugada de la segunda amarilla?», se preguntaba en Instagram. Como no está el horno para bollos con el colectivo arbitral, bien fuera por iniciativa propia o porque le dieran un toque, la borró pasados unos minutos.
Pero esa rectificación no es lo importante, sino el nivel de compromiso de un jugador que el año pasado a muchos parecía insuficiente para nuestra banda y que, a base de trabajo, de cabalgadas por la banda, esfuerzo y, sobre todo, dar la cara en los momentos más controvertidos, se ha ganado un hueco en el corazón del deportivismo. La temporada pasada fueron muchos quiénes se quejaron de lo pusilánime del comportamiento de los jugadores ante los errores arbitrales. Él no ha tenido problema esta temporada en hablar alto y claro.
Lo hizo cuando, tras la ‘rajada’ de Tino Fernández, después del partido del Sevilla, el CTA –Comité Técnico de Árbitros- aseguró que iba a denunciarlo. “Quieren denunciar a nuestro presidente por decir la realidad de lo que está pasando, porque según ellos atenta contra la dignidad del colectivo arbitral. Y con sus errores, ¿qué hacemos?”.
También habló en las redes después del 5-1 a la Real Sociedad. El partido había estado precedido por una serie de rumores de que las cosas no iban bien en el vestuario. La sombra de un mal rollo parecido al que dinamitó la normal marcha del equipo meses atrás volvía a aparecer. Después de la goleada, ayudado por una foto de la celebración de un gol haciendo piña, sentenciaba: “Una imagen vale más que mil palabras #unión #creer #noslomerecemostodos. Me alegro de que Riazor sonría y de que os vayáis con una sonrisa a casa”.
Y antes, a finales de septiembre, cuando llegó Ryan Babel y la inmensa mayoría éramos críticos porque venía pasado de peso y pensábamos que aterrizaba en Coruña a comer centollas y empanada, él dio la cara por su compañero: “Era una estrella y volverá a serlo aquí”. ¿Quién le quita la razón ahora?
Juanfran es el ejemplo de chaval que se gana la confianza y se convierte en un líder. Y sí, no es Cafú, pero lo cierto es que, con Laure fuera y él cumpliendo sanción, veremos qué inventamos para cubrir esa banda. Ojalá me equivoque, pero me da que lo echaremos de menos. Aunque solo sea porque a pelotas, no hay muchos en esta plantilla que le ganen.
Las voces que piden el brazalete para él, son cada vez más. Me sumo. Hay figuras imprescindibles en un vestuario. Él lo es. Se lo ha ganado.