El Deportivo entraba en el último mes de competición con cuatro puntos de ventaja con el descenso y con su casillero de derrotas a cero tras retomar el campeonato ligero. Era imposible presagiar cómo todo se torció durante el mes de julio y terminó en un rocambolesco “paripé” que todavía no ha terminado.
Manteniendo su buena racha, los banquiazules batieron en Riazor al Huesca, en ese momento segundo clasificado y que terminaría ascendiendo a Primera División. Dos golazos de Aketxe y Christian Santos dieron la vuelta al inicial de Rafa Mir para la victoria coruñesa. El segundo, obra del venezolano, se viralizó en redes sociales y es uno de los mejores goles que se han visto en Riazor en algún tiempo.
Tras la victoria en casa tocó viajar a Málaga para una nueva final por la salvación. El Deportivo, con 48 puntos, buscaba una victoria que les dejase prácticamente salvados a falta de tres jornadas. Por su parte, el Málaga contaba con dos puntos menos y la necesidad de victoria apretaba a los andaluces. Un solitario gol de Hicham dejo los tres puntos en la Costa del Sol y el Dépor tendría una nueva oportunidad en casa y contra un Extremadura ya descendido.
Una oportunidad que no se podía perder
Manu Mosquera, entrenador del Extremadura, dio oportunidades a los jugadores más jóvenes tras el descenso del club y alineó a tres jugadores del filial, incluido su propio hijo que estaba cedido por el Deportivo en el filial extremeño. Junto a Manu Mosquera, actuó en delantera otro viejo conocido del deportivisimo Oscar Pinchi, que anotó dos de los tres goles que recibió el Deportivo en la derrota de ese día.
Un gol de David Simón a los tres minutos encarriló un encuentro en el que no ocurrió nada en la hora siguiente. Pero en un momento el Deportivo perdió la cabeza. Montero anotó en propia puerta en el 68’ tras un fallo de Dani Giménez en la salida y el Extremadura empató. Tras eso, Pinchi recibió un balón en la frontal y batió por bajo al arquero deportivista para poner el 1-2 en el marcador.
El equipo dirgido por Fernando Vázquez fue capaz de volver a empatar ese encuentro gracias a Christian Santos. Pero en el tiempo de descuento Oscar Pinchi volvió a marcar tras otro fallo del portero blanquiazul.
El Depor se hirió de muerte a sí mismo aquel día, se enfrentó a un equipo plagado de jugadores no profesionales y los nervios pudieron con ellos. Tras el encuentro, el club denunció alineación indebida del Extremadura ya que por un lance del juego se encontraron con menos fichas profesionales de las permitidas por el reglamento.
Con solo cinco días para digerir la derrota, el Deportivo se personó en Anduva para disputar el penúltimo encuentro de liga frente al Mirandés. El conjunto dirigido por Iraola estaba en racha tras el confinamiento y un solitario gol de Merquelanz dinamitó las opciones de un Dépor que necesitaba una heroicidad para salvar la categoría en el último encuentro de liga frente al Fuenlabrada.
Estalla el Caso Fuenlabrada
El deportivismo se preparó para el último encuentro con un recibimiento al bus del equipo sin saber lo estaba por ocurrir. El Fuenlabrada no se presentó al encuentro a la hora y se filtró la información de miembros de su expedición habían dado positivo en COVID. El Deportivo, junto a otros equipos de la competición, pidieron la suspensión de la jornada para no romper el principio de igualdad de la competición, pero la paralización no se consumó y los partidos siguen su curso.
La jornada termina con el Deportivo descendido a 2B por los resultados de CD Lugo y Albacete y sin la posibilidad de defender sus intereses en un campo de fútbol, comenzaba la batalla legal.
Con el paso de los días se iban conociendo nuevos datos sobre el viaje del Fuenlabrada y la indignación en la ciudad aumentaba mientras los jugadores madrileños se encontraban confinados en un hotel coruñes. Acaba 2020 y el caso sigue sin cerrarse. Lo que tampoco se cerrará es la herida que provocó en el Deportivo todo lo ocurrido el 20 de julio y en fechas posteriores.