Donde jugó, dejó huella. No es fácil olvidar sus desmarques, sus lanzamientos secos a la red. Le bastaba con media ocasión. Un seguro de gol.
En Alemania, lo llamaron Das Phantom (El Fantasma). Decían que el Bayern jugaba los partidos con diez. Pero que contaba además con un duende que aparecía en el lugar preciso y en el momento justo para ejecutar, con excesiva frialdad, al portero rival. Antes, ya lo había hecho en Holanda y en España. Allí pasó del infierno -no pudiendo evitar el descenso con el Tenerife- al cielo que suponía ganar la Liga con el Deportivo. «Roy Makaay, te quiero», aún le siguen cantando a orillas de la playa de Riazor.
‘Makaay’ es una película del oeste. Cuenta la historia del vaquero más temido. El que conquistó lo que nadie había conquistado. Aquel que siempre está dónde debe. Ese que desenfunda al instante. Al que le sobra una bala.
Después de Bebeto, Djalminha, Naybet y Fran, «Una leyenda en cinco instantes» reduce a cinco momentos claves la historia de uno de los goleadores más fructíferos de Europa en las dos últimas décadas. Es Roy Makaay (1975, Wijchen, Gerderland, Países Bajos). Dieciséis temporadas divididas entre Holanda, España y Alemania resumidas en cinco goles. Resumidas en cinco instantes.
Primera División, temporada 1998-1999. 10ª jornada. Barcelona 4 – Tenerife 1.
En su primera temporada como profesional, Roy Makaay fue una de las revelaciones de la Eredivisie al anotar 11 goles con el Vittese. Sin embargo, quedó eclipsado ante la presentación de un mito del balón: Ronaldo, que, desde el PSV, pidió un hueco en un equipo mayor. Dos años más tarde, con 21, Makaay explotó con 19 tantos, que le dejaron a tan solo dos del pichichi Luc Nilis. En ese momento, el Tenerife apostó por él, y pagó 2.000 millones de las rubias por el delantero y el lateral zurdo Vierklau. Le costó adaptarse y en su primer año solo vio puerta en siete ocasiones, pese a jugar casi todos los encuentros. En la siguiente campaña, la 1998-1999, se hizo un nombre en La Liga. Sus 14 goles no le sirvieron al Tenerife para eludir el descenso, pero empezó a dejar muestras del gran delantero que fue. En el Camp Nou, ante un Barça que terminaría proclamándose campeón del campeonato, anotó un gol muy suyo. Desmarque, control en largo y batir por bajo al portero después de ganarle la carrera al defensa Made in Makaay.
Primera División, temporada 1999-2000. 38ª jornada. Deportivo 2 – Espanyol 0.
Cuando Makaay llegó al Deportivo, la ‘delantera Turuleta’ era quién ostentaba la responsabilidad anotadora del equipo blanquiazul. Pauleta y ‘Turu’ Flores formaban -«polos opuestos se atraen», dicen- un buen dúo, pero el Deportivo necesitaba un único ‘9’ para dar un salto de calidad. Fue el delantero holandés el que asumió el rol, combinando el oportunismo y la capacidad de remate del portugués y la rapidez y habilidad del argentino. Llegó, vió, se hizo con el puesto y ganó la Liga, tan solo un año después de perder la categoría con el Tenerife, a quién Lendoiro había pagado 1.350 millones de pesetas por sus servicios. Sin sus 22 goles, el Dépor no tendría una Liga en sus vitrinas. De todos ellos, el más recordado, sin duda, es el gol que anotó ante el Espanyol en la última jornada. Para alejar los fantasmas de otras finales, para certificar el título de Liga.
Liga de Campeones, temporada 2002-2003. 1ª jornada de la 1ª fase. Bayern 2 – Deportivo 3.
La mejor temporada de Makaay en toda su carrera fue la 2002-2003. Bota de Oro, nada más y nada menos. Ningún otro artillero en el Viejo Continente anotó tantos goles en la competición doméstica como él (29). Pero no solo eso, en la Champions League, también firmó su récord goleador, con 9 tantos. Tres de ellos los anotó en el partido inaugural, para que el Dépor conquistase un estadio en el que nunca había ganado un club español: el Olímpico de Munich. Y en el que siguen sin ganar. El hat trick del delantero holandés, que se entendió a las mil maravillas con Valerón en ese partido, como tantas otras veces, supuso el 2-3 del Deportivo en territorio germano. El primer gol puede ser un calco al que metió con el Tenerife en el Camp Nou, al que metió tantas otras veces. No hubo pistolero en Riazor que conjugase precisión y rapidez de ejecución con tal maestría.
Bundesliga, temporada 2003-2004. 25ª jornada. Hertha 1 – Bayern 1.
La excepcional campaña de Roy Makaay le puso en la mirilla de los grandes clubes europeos. De entre todos ellos, fue el Bayern -que había sido su víctima en aquel partido de la Champions- el que más apostó por sus servicios, al pagar sobre 20 millones de euros. La presencia en el equipo de delanteros contrastados como Diego Tristán, Albert Luque y Walter Pandiani, así como las intenciones del ‘7’ por recalar en el equipo alemán, ayudó a Lendoiro a aceptar la oferta. En su primera temporada, con 31 goles en total, ya eliminó todas las dudas sobre su fichaje. Su gol más bonito es el que anotó en Berlín al Hertha, donde demuestra otra de sus grandes cualidades: el disparo lejano. El portero no pudo hacer más que adornar la jugada.
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Liga de Campeones, temporada 2006-2007. Vuelta de los Octavos de Final. Bayern 2 – Real Madrid 1.
El Real Madrid había vencido por 3 – 2 en el Santiago Bernabéu y el Bayern estaba obligado a remontar. La motivación en el conjunto blanco por ganar La Décima era máxima, tras caer dos años seguidos en Octavos de Final. No podía ser ése el tercero. Sin embargo, el partido de vuelta no pudo empezar de peor forma: Makaay anotó el gol más rápido de la historia de la competición, tras una absurda pérdida de Roberto Carlos. Algo más tarde, Lucio confirmaría la catástrofe madridista. Makaay, con 31 años, ya había bajado las prestaciones de sus primeros años en el conjunto alemán, pero seguía siendo la punta de lanza del equipo. Éste fue uno de sus últimos goles con la camiseta del Bayern, ya que ese mismo verano abandonaría Baviera para volver a casa y jugar en el Feyenoord.
Cinco cosas que quizá no sepas sobre… Makaay.
1. En 15 de sus 16 temporadas como profesional alcanzó la cifra de 10 goles. En 11, superó los 15. En 7, llegó a los 20. Y en 3, sobrepasó los 30. Tan solo Kodro (1 vez en Tenerife), Tristán (1 vez en el Deportivo) y Tomasson (1 vez en el Feyenoord) superaron sus registros goleadores siendo compañeros de equipo.
2. En la temporada en la que alcanzó la Bota de Oro, Makaay no partía como titular, sino que era Tristán -‘Pichichi’ en la temporada anterior- el ‘9’ preferido de Irureta. Una lesión del andaluz en el Mundial de Corea y Japón abrió las puertas a Makaay.
3. Pese a su gran rendimiento a nivel de clubes, la selección de Holanda nunca confió fuertemente en sus servicios. Tan solo anotó 6 goles en 45 partidos, 1 solo en una gran competición, aquel que supuso un intrascendente 3-0 ante Letonia en la Eurocopa de 2004.
4. Fue el capitán de la Selección Olímpica en 2008, donde se rompió el pie en el primer partido, pero siguió jugando hasta que le realizaron unas pruebas que lo confirmaron tras el tercero. Tuvo que dejar a su selección en mitad del camino.
5. Actualmente es entrenador en las categorías inferiores del Feyenoord. El exdelantero desea reorientar su carrera hacia los banquillos.
UNA LEYENDA EN CINCO INSTANTES.
1. Bebeto (11).
2. Djalminha (8).
3. Naybet (4).
4. Fran (10).